Los fariseos se callan ante la pregunta de Jesús, no por prudencia, sino porque están acostumbrados a manipular la Ley para ponerla al servicio de sus propios y personales intereses. Pero como aquí se dan cuenta de que, cualquiera sea su respuesta, van a salir mal librados, optan por callar hipócritamente. No quieren reconocer que la caridad, el amor, está por encima de cualquier norma legal y que la dignidad del hombre prima sobre cualquier reglamento de culto, así sea el de la guarda del sábado que es en nombre mismo del Señor. Pero el amor y el servicio a los hermanos, es primero. No lo olvidemos: hacer el bien no tiene agenda: hay que hacerlo cuando se necesita.
Propósito: Hoy procuraré reconocer y respetar la dignidad de las personas con quienes me encuentre.
¡ FELIZ DÁIA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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