El hijo de Timeo es ciego, pero la tiene bien clara: "Jesús, hijo de David, ten compasión de mí". EL Maestro le dice: "¿Que quieres que te haga?". "¡Señor, que vea!". ¿La tendremos así nosotros, los bartimeos de todas las épocas y de todas las naciones?. Nosotros que también estamos así como él, a oscuras, sentados a la orilla del camino, sintiendo cómo pasa la vida a nuestro lado sin poder tomar parte en ella porque las tinieblas con que el mundo nos envuelve nos lo impiden. Si es así debemos, también como él, estar atentos a la Luz que pasa, para "dar un brinco y llegar a ella", "arrojando el manto" (las cosas que nos estorban) y gritando fuerte con insistencia y sin hacer caso a los que por ello se puedan molestar, hasta lograr que la Luz se detenga y nos ilumine el camino para poder "ver" y seguir a Jesús, alegres y maravillados.
Propósito: Hoy examinaré cuál es "el manto" que más me estorba para salir al encuentro de la Luz.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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