El amor es fuego. Fuego que se extiende y todo lo calcina. Cuando se está enamorado, uno quiere al ser amado, pero también quiere a Dios, quiere a los que están con uno, quiere los lugares por donde esa persona pasa; quiere al día, si está brillante y lo quiere si está lluvioso; a los amigos y a los que no lo son. En fin, el amor arde y hace arder todo lo que encuentra a su paso. Y ¡claro que crea división!: los que están con uno y los que están contra uno. Y hasta división dentro de uno mismo, porque ese amor, es la Palabra de Dios que, a veces, nos parece llena de verdad y de belleza, pero, al mismo tiempo nos induce a su rechazo porque nos cuestiona o nos parece difícil de cumplir. Decidámonos a amar, a tomar partido y a entregarnos, sin reservas, al amor y a las batallas que por él hay que librar.
Propósito: Hoy procuraré que mi amor se manifieste en el trato amable con las personas que me rodean.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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