Lucas 10, 13-16
Es una responsabilidad tremenda poder nosotros darnos el lujo de rechazar a Dios o a su Palabra, de ser incrédulos. Y es lo que Él ha permitido al dejarnos el don, por otro lado enorme e inapreciable, del libre albedrío. Porque Él no nos obliga: nos invita a seguirle, pero la decisión de hacerlo o no, la deja en nuestras manos. Ese lamento por aquellas ciudades bien pudiera ser por nosotros y nuestra indiferencia ante las maravillas que continuamente está ejecutando en nuestra presencia y para nuestro servicio. Escuchemos la voz del Señor, convirtámonos a su forma de vida, salvemos nuestra responsabilidad y no seamos incrédulos, sino fieles. Amor a Dios, expresado en el servicio desinteresado a los demás
Propósito: Hoy mi oración será: ¡Señor, aumenta mi fe y ayuda a mi incredulidad!
¡ FELIZ DÍA , JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario