La bendición y una corta jaculatoria antes de comenzar el día o antes de iniciar cualquier trabajo, nos recuerda la costumbre del Divino Maestro de retirarse a orar, a entrar en comunicación íntima con su Padre. Unas veces de madrugada, otras durante la noche, como en el episodio de hoy, o también cuando se disponía a ejercer su misión de curar y sanar a las multitudes que le seguían. Pero siempre era la actitud que antecedía a su accionar maravilloso. En esos momentos, cortos o largos, consultaba con el Padre sobre lo que iba a hacer y sobre la mejor manera de hacerlo con la mayor eficacia posible para su gloria y para el mejor desarrollo de su Proyecto del Reino de amor, justicia y paz, que había puesto en marcha. Y nosotros, que nos llamamos seguidores suyos, debemos procurar imitarlo lo mejor posible, para que también nos alcance "la fuerza que sanaba a todos" y que viene del Padre por pura gratuidad.
Propósito: Hoy, y en adelante, no olvidaré esa costumbre de la señal de la cruz y la pequeña jaculatoria, antes de cualquier otra cosa.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Octu bre 28 de 2015
J. RUIZ
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