El legalismo rígido de los fariseos (y que tanto se ve en la Iglesia de hoy y en contra del Papa Francisco) que olvidaban que la Ley debe estar al servicio del hombre y no al revés -"misericordia quiero y no sacrificios" -, nunca fue del agrado de Jesús. Como tampoco lo fue el que sus discípulos, y con ellos, nosotros, quisiéramos ser más que los demás - "el que de vosotros quiera ser el primero, sea el mayor servidor de los demás" - Y tampoco lo es el que queramos imponer a los otros obligaciones que ni intentamos cumplir nosotros. Compasión, perdón, justicia y misericordia, es lo que siempre debe animar al cristiano en el trato con los hermanos, para poder aspirar a ser "el primero". No lo olvidemos, luchemos por ello, que vale la pena lo que con ello ganaremos.
Propósito: Hoy revisaré mi disposición de servicio a los demás.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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