"Detrás de todo gran hombre, hay siempre una gran mujer", se ha dicho popularmente para señalar la influencia que suelen tener ellas en los éxitos y logros de los hombres destacados y poderosos. Y en el caso específico de Jesús ¡cómo es de verdadero y certero este dicho! Pero según Él, esto es así solamente porque María "oyó la Palabra de Dios y la guardó". Es que ella, desde hace mucho tiempo, "guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón", y su vida diaria era una manifestación permanente de esa Palabra atesorada en lo más recóndito de su ser. Tratemos de imitarla a ella, la primera seguidora del Maestro, y expresión viva de su Palabra profética en su vida de servicio a los demás.
Propósito: Hoy daré gracias a Dios por esa madre tan maravillosa como es María.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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