No sólo admirado sino con la boca abierta, se debió quedar el fariseo de la narración, al ver que Jesús, antes de sentarse a la mesa, no se lavaba las manos. Debió decirse: "¿Como es que éste, al que tantos consideran hombre santo, transgrede de esa forma las leyes judías sobre la purificación?". Pero Él, que todo lo prevé, ya tenía listo el regaño, junto con la explicación: "¡Insensatos! Vosotros os limpiáis por fuera pero por dentro estáis llenos de suciedad. La rapiña y la maldad que llena vuestro corazón, no sólo lo ensucia, sino que sale al exterior manchándolo todo. Limpiemos, pues, nuestro interior primero y ya hasta por fuera quedaremos limpios". Demos "limosna", es decir, ayudemos con lo que tengamos a los que más lo necesiten "y las cosas quedarán puras para nosotros". La limosna va formando un tesoro en el cielo que es nuestro capital para la vida eterna. No vivamos de las apariencias que eso es hipocresía...y ya sabemos cómo trata Jesús a los hipócritas.
Propósito: Hoy y siempre procuraré no prestar mucha atención al qué dirán.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario