Mateo 9, 32-38
Primero "roguemos al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies". Así nos lo enseña el Maestro. Y luego pidámosle, como aquellos que llevaron al mudo endemoniado ante Él, que nos cure de nuestra mudez, para que así podamos ir también nosotros a trabajar a sus campos, en donde las espigas doradas indican que ya están en sazón y es tiempo de la cosecha. Al apartarnos de nuestra mudez debemos convertirnos en la voz de otros que tampoco tengan voz: son los excluídos y explotados de todas las razas y de todos los tiempos que necesitan que se conozcan sus necesidades y se reconozca su dignidad de personas y sus derechos como tales, y a los que, hasta ahora, los detentadores del poder y de las riquezas no se lo han permitido.
Propósito: Hoy mi petición será: ¡Señor, cúrame del demonio de mi mudez y hazme obrero de tus campos!
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Julio 5 de 2016
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario