Mateo 12, 1-8
En este año de la Misericordia parece que el Evangelio de todos los días nos lo recordara. Pero es que, si leemos con detenimiento los Evangelios, nos damos cuenta de que todos están proclamando, de alguna manera, el rostro visible de Dios, que es Jesús, que es la Misericordia. Así lo ha dicho el Papa Francisco. Y vivir esa vida de misericordia, es decir, tener el corazón abierto a la miseria humana, es respetar a Dios y es tratar de imitar a Jesús, lo que es la santidad. La misericordia trasciende la justicia, porque la respeta, pero evita el rigorismo que acaba con la Ley de Dios, que siempre nos invita a una permanente disposición de amar y servir a los demás.
Propósito: Hoy recordaré, cada que me sea posible, aquello de : "misericordia quiero y no sacrificio".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Julio 15 de 2016
J. RUIZ
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