Mateo 9, 9-13
Mateo de veras que debió ser un buen recaudador de impuestos y un buen comerciante. Debió tener "buen ojo" para los negocios. Según dicen, de su descendencia deben venir los paisas. Porque fue capaz de "ver", de "leer", en aquella invitación: "Sígueme", el gran negocio de su vida. O ¿cómo más se puede explicar que con sólo escucharla, estando él sentado a la mesa de sus impuestos, lo dejara todo tirado, y se fuera tras un desconocido? ¿Cómo hizo para ver, en esos ojos que lo miraron, el tesoro invaluable de la Misericordia divina con la que podría purificarse de todas las impurezas que su profesión implicaba en aquella comunidad? Son los misterios a los que no tenemos que buscarles explicación, sino sólo aceptarlos, admirarlos, celebrarlos y disfrutarlos, como hizo Mateo, ya que nosotros también somos pecadores y también estamos necesitados de que el Señor que pasa nos mire con sus ojos perdonadores, escuchemos su invitación y respondamos como él, sin condiciones.
Propósito: Hoy estaré atento a la invitación de Jesús que pasa, para buscar su perdón y su misericordia.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Julio 1 de 2016
J. RUIZ
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