Mateo 13, 44-46
Si hemos tenido la suerte de encontrar el Tesoro del Reino de los Cielos, debemos hacer hasta lo imposible por quedarnos con él. Hemos de cambiar todas nuestras pertenencias para hacernos a ese solo tesoro que es más valioso que cualquiera otro que pueda existir en la tierra. No hay oro, perlas, piedras preciosas, nada cuyo valor pueda comparársele. Aunque, a primera vista, parezca que no es así, no es sino que meditemos un poco en que esas riquezas terrenales solamente nos servirán aquí, solamente aquí tendrán valor, y la vida aquí sólo "es un ratico", como canta Juanes. Pero lo que sigue es la eternidad. Y allí lo que se cotiza, la moneda corriente, es la riqueza espiritual, que logremos acumular con nuestros actos de amor a Dios y de servicio a los demás.
Propósito: Hoy trataré de dar el valor que corresponde a las cosas espirituales: son mis "viáticos" para la otra vida.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Julio 27 de 2016
J. RUIZ