Lucas 19, 45-48
Los que convierten la Casa de Dios en lo que no es, son los que van a ella como si fueran a una casa de cambios o a un banco, a tratar de hacer negocio con Dios, ofreciéndole sacrificios y oraciones a cambio de algún favor: Señor, si me consigues un buen empleo te mando celebrar una misa en agradecimiento; si alivias a mi mamá que ha estado muy enferma, te prometo venir a misa todos los domingos de este mes. O a veces, como los sacerdotes de aquellos tiempos, los que quieren hacer negocio con los emolumentos que se pagan por el servicio. Pero no debemos olvidar que primero que todo es un lugar de encuentro con nuestro Padre, con Jesús como enlace único para adorarlo "en espíritu y en verdad", porque Él estará verdaderamente en el corazón de quienes le busquen y le amen, y porque Él prometió que "donde estén dos o más reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos".
Propósito: Hoy prometo tener especial respeto por el templo, cuando esté allí, y no olvidar de Quién es esa Casa.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario