No nos autoproclamemos héroes: a duras penas hacemos lo que tenemos que hacer "...En aquel tiempo, dijo el Señor: ¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: Pasa al momento y ponte a la mesa? ¿No le dirá más bien: Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú? ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer".
No debemos vanagloriarnos tanto, esperando que nos reconozcan de manera extraordinaria por hacer nuestro trabajo. Porque ¿qué mérito especial tiene el hacer lo que debemos hacer? Si queremos ser héroes tenemos que llevar la actitud de servicio hasta mucho más allá: hasta la caridad en que se convierte el amor cuando es verdadero, cuando no se preocupa por sí mismo, sino por el bienestar y la felicidad del otro; cuando todo es liviano y fácil y todo se hace con esperanza y alegría, si lleva hasta la realización del otro. Si actuamos así, por amor al Padre y a los hermanos, no creo que Él nos llame siervos inútiles, sino "amigos", como lo dice la Palabra en otro pasaje. Entonces sí, ¡enorgullezcámonos!
Propósito: Hoy seré consciente de que lo que tengo, lo que hago y lo que soy, no es por mérito alguno mío, sino por entera gratuidad del Padre.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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