O como dijo el psicólogo: "Lo efectivo, es lo afectivo". El afecto, el querer, la voluntad, ese es el secreto para poder hacer las cosas. Porque, a veces, hace más el que quiere que el que puede. Es la única explicación que encuentro para rechazar una invitación a una boda de quienes, si me invitaron, se supone que son amigos: no querer. Es que, en aquel tiempo y en aquel medio, el compartir un banquete de bodas era algo de mucha trascendencia. Entonces no entiende uno cómo alguien saca excusas tan frágiles como la de tener que ir a ver un terreno que compró. ¡Cómo si alguien se lo fuera a llevar! Y nosotros no tenemos ninguna para decir "no" a semejante invitación. ¡Es la mejor fiesta que pueda existir! Pero no basta con estar en la lista de invitados: tenemos que poner de nuestra parte para asistir a ella con toda la disposición y el querer y la mejor voluntad. Es decir, con amor y agradecimiento a quien así nos distingue con su amistad.
Propósito: Hoy mostraré mi agradecimiento repitiendo, cada que lo recuerde: "Gracias, Señor".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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