Las escenas escatológicas y terroríficas que Marcos pone hoy en boca de Jesús no deben aterrorizarnos ni ponernos nerviosos pues "entonces veremos venir al Hijo del hombre...". Más bien deberían llenarnos de esperanza porque al fin comenzaremos a vivir en una tierra nueva y con un cielo nuevo. Además yo pienso que ese "tambalear de las fuerzas celestiales" y ese volteo radical de cosas, de pronto se refiere a nuestro encuentro personal con Él. Porque cuando eso se da, las cosas para nosotros, no pueden seguir siendo igual. Y si la luz del mundo se apaga, llega Jesús que es la verdadera "Luz del mundo" a decirnos que no tengamos miedo (como tantas veces se lo dijo a sus discípulos) que ya no habrá más tinieblas, que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Y que ha llegado la hora del cumplimiento de sus Palabras, pues, aunque todo pase, ellas "no pasarán".
Propósito: Hoy, y en adelante, en lugar de preocuparme por "¿cuándo será?", veré de prepararme, con el "aceite de mi lámpara" listo, para su llegada.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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