Lucas 9, 43-45
El pensamiento de la muerte siempre produce miedo: "Padre, si es posible, aparta de mí este cáliz...pero no se haga mi voluntad, sino la tuya." Sólo desde el amor es posible aceptarla con ese abandono de la voluntad propia. Por eso a los apóstoles y discípulos se les hacía tan difícil entender las palabras del Maestro anunciando la suya. Y porque, además, no querían entender. Ellos tenían en sus mentes una imagen preconcebida del Mesías que, entre aplausos y palmas, sacaría huyendo a los invasores romanos de su territorio. Igual a nosotros hoy nos sigue pareciendo contradictorio que nuestra salvación tenga que hacerse desde el cadalso ignominioso de una cruz, y no queremos aceptar que, para ganar la gloria de la Resurrección, tengamos que pasar por los sufrimientos de la pasión y de la muerte. Pero, como a los apóstoles, la fe que el amor a Jesús ha despertado en ellos, nos tiene que ayudar a comprenderlo, a aceptarlo y a vivir de acuerdo a esa aceptación.
Propósito: Hoy mi petición será para que el Espíritu del Padre me ayude a entender que sin Cruz tampoco habrá Resurrección.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Septiembre 30 de 2017
J. RUIZ
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