Juan 1, 47-51
Cosas mayores hemos de ver, si de veras seguimos a Jesús.- Esto es, si por la fe a que nos lleva el amor a Él, somos capaces de hacer realidad sus Palabras en nuestra vida diaria, seremos testigos de cómo los "ángeles del cielo suben y bajan", sirviéndole a Dios, pero para nuestro beneficio. En los libros sagrados se narran encuentros de ellos con hombres y mujeres, siempre acudiendo en su ayuda. Allí está Gabriel, nada menos que anunciando a María que era la escogida del Señor. Vemos también a Miguel, arrojando a las tinieblas exteriores a los ángeles rebeldes y a Rafael, acompañando a Tobías con el mejor de los sucesos en su largo viaje y sanando a su padre Tobit de la ceguera que había contraído. Y están nuestros ángeles custodios, nuestros amados ángeles de la guarda, a quienes nuestras madres desde siempre nos enseñaron a amar y a invocar, para que nos ayudaran a salir avantes en todas nuestras aventuras de niños. Recordémoslos hoy a todos con cariño y respeto.
Hoy repetiré, recordando mi niñez: "Ángel de la guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Septiembre 29 de 2017
J. RUIZ
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