"...En aquel tiempo decía Jesús a sus discípulos: No hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca. ¿Por qué me llamáis: Señor, Señor, y no hacéis lo que digo? Todo el que venga a mí y oiga mis palabras y las ponga en práctica, os voy a mostrar a quién es semejante: Es semejante a un hombre que, al edificar una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una inundación, rompió el torrente contra aquella casa, pero no pudo destruirla por estar bien edificada. Pero el que haya oído y no haya puesto en práctica, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin cimientos, contra la que rompió el torrente y al instante se desplomó y fue grande la ruina de aquella casa".
Lucas 6, 43-49
La prudencia que necesitamos para construir sobre roca, sólo la tendremos si escuchamos la Palabra de Jesús y la ponemos en práctica.- Como de la abundancia del corazón habla la boca, tenemos que llenarlo con los tesoros de misericordia, de perdón y de sabiduría que son la Palabra de Jesús, para que salgan de él esas mismas maravillas y para que seamos capaces de escucharlas y ponerlas en práctica. Y así, cuando vengan las aguas en torrente, empujando fuerte contra nuestra construcción espiritual, no sean capaces de destruirla y la ruina no se arrimará. Leamos el Evangelio, pero, sobretodo, escuchémoslo y hagamos lo que nos enseña. Eso será la verdadera Prudencia.
Propósito: Hoy veré la forma de aplicar a mi día a día las Palabras del Evangelio de hoy.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Septiembre 16 de 2017
J. RUIZ
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