"...En aquel tiempo Jesús dijo a la muchedumbre: Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto. Mirad, pues, cómo oís; porque al que tenga, se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará".
Lucas 8, 16-18
La lámpara o la vela, para que alumbren, necesitan consumirse.- Y si queremos que no se apaguen, al consumirse, tenemos que alimentarlas, recargarlas, con combustible apropiado. Y en la vida espiritual, si queremos alumbrar nuestro camino y el de otros, tenemos que utilizar, como combustible que nos mantenga ardiendo, la oración, las buenas lecturas, especialmente la Sagrada Biblia, Luz en sí misma indeficiente como Palabra viva de Dios que es. Así nuestro arder será permanente y también nuestro alumbrar, para destruir las tinieblas y oscuridades que a veces nos ocultan el camino que habrá de llevarnos hasta el Reino prometido.
Propósito: Hoy cuidaré de no dejar sin combustible mi lámpara para el camino.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Lunes. Septiembre 25 de 2017
J. RUIZ
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