Lucas 2, 41-51
La palabra hebrea que se traduce como corazón, significa toda la riqueza interior de la persona, tanto intelectual como afectivamente: sencillez, fe, humildad, obediencia, disponibilidad, espíritu de servicio, fortaleza. Y el Corazón de María en particular, además de esta lista de virtudes, "conservaba cuidadosamente", con dota seguridad, ese cúmulo de recuerdos que una madre guarda de sus hijos durante cada momento de su vida, tanto de sus mimos y travesuras, cuando pequeños, como de sus dolores, tristezas y alegrías, cuando la vida se hace dura y aprieta el corazón. Allí estarán las alegrías de la anunciación, del compartir con su prima Isabel las grandes noticias, del compartir generoso con los amigos en las Bodas de Caná, pasando por el atenazante dolor de la Pasión y muerte de Jesús, hasta la alegría gloriosa de la Resurrección. Por eso esta fiesta hoy en la Iglesia es grande. ¡Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!
Propósito: Hoy meditaré en aquella familia de Nazareth dirigida por María, la mujer más santa y por el hombre justo, José, en donde Jesús, Dios hecho hombre, "perdió" treinta años de su vida, nada más que siendo Familia.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Junio 4 de 2016
J. RUIZ
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