Mateo 5, 27-32
No debemos asustarnos por la radicalidad del Evangelio. La referencia al ojo y a la mano, de los que debemos prescindir si ellos nos son ocasión de pecado, podemos considerarlas más bien como una figura literaria que trata de acentuar la radicalidad, esa sí radical, con que debemos afrontar nuestra lucha contra el mal. Lo que está en nuestro interior es lo que se manifestará hacia afuera: "de la abundancia del corazón, habla la boca". Por eso nuestra lucha ha de ser por erradicar de allí los malos pensamientos, los malos deseos, las pequeñas complacencias que, talvez sin darnos cuenta, nos están llevando poco a poco hacia el pecado. Apoyémonos en la misericordia infinita de Dios buscándole en la tranquilidad de nuestro interior, en "la brisa suave" de que habla la primera lectura, y lo encontraremos, siempre dispuesto a darnos su mano y a sacarnos adelante.
Propósito: Hoy mi petición será: Señor, ayúdame a encontrarte en la paz y la tranquilidad que tanto me gustan.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Junio 9 de 2016
J. RUIZ
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