Mateo 7, 1-5
Para juzgar a otro necesitaríamos ser perfectos, no tener "vigas" en nuestros ojos, para poder ver con claridad la "pajita" en el ojo ajeno. Por eso sólo Dios, el Santo, el Perfecto, puede juzgar y condenar. Y lo hace siempre, no sólo con justicia, sino con misericordia, teniendo en cuenta, no únicamente nuestras grandes y continuas faltas, sino mirando más nuestros pequeños y escasos logros. Si por cualquier circunstancia nos vemos en la penosa necesidad de emitir un juicio sobre el actuar de algún hermano, debemos procurar hacerlo siguiendo esos parámetros de misericordia, comprensión y perdón; además porque, "con la medida con que midáis, se os medirá". Y también nosotros un día deberemos presentarnos al juicio definitivo y será bueno que también con nosotros hagan lo que hicimos.
Propósito: Hoy pediré al Señor me conceda magnanimidad para saber minimizar los posibles defectos de quienes me rodean.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Lunes. Junio 20 de 2016
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario