La fe en una persona nace, como el amor, de un encuentro personal con ella. Por más que le hablen a uno maravillas de esa persona, si uno no la ve y la trata personalmente, no se enamorará. Así la fe: para poder confiar en alguien, para poder tener fe en alguien, es necesario conocerlo, tener por lo menos un encuentro personal con él. Y, así como Felipe, con la invitación a su amigo Bartolomé, propició el acercamiento y el encuentro personal con Jesús, también a nosotros, de alguna manera - como una lectura, una predicación, un familiar, un amigo- se nos presentará esa oportunidad. No la desaprovechemos, enamorémonos de Él, amémosle y creámosle; tengamos fe en su poder, en su bondad y en su amor por nosotros y "veremos cosas mayores".
Propósito: Hoy, en mis oraciones y en mis lecturas, procuraré acercarme a Jesús para expresarle mi amor y mi fe en Él.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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