Cuando somos espectadores en una contienda entre dos adversarios, bien sean personas, animales, o naciones, generalmente, nos ponemos del lado del más pequeño o que aparenta ser más débil. También Jesús actuaba siempre así: sus preferidos eran los pequeños o débiles en cualquier sentido: enfermos, pobres, marginados, desplazados, pecadores. Y, además, nos dice: "si no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos". Y ser pequeño o niño, no es ser de baja estatura, o carente de habilidades, o de corta edad. Ser pequeño es ser sencillo y humilde; llevar una vida simple, sin las grandes carencias que los medios masivos de comunicación, al servicio del consumismo y de la producción, nos ponen como parámetros de vida feliz, haciéndonos olvidar que el más feliz, no es el que más cosas tiene, sino el que menos necesita.
Propósito: Hoy esperaré todo de ti, Señor, como un niño que lo espera todo de su padre.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J. RUIZ
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