Como bautizados somos evangelizadores, somos misioneros, debemos ser proclamadores del Evangelio. Y el envío de los doce por el Maestro a sanar, a curar toda enfermedad y dolencia, y a predicar el Reino de Dios, es también para todos nosotros, los que nos decimos seguidores y amigos suyos. Y debemos comenzar, como nos lo dice hoy, por los que, estando cercanos, están alejados, principalmente por la indiferencia ante las cosas de Dios. Él nos necesita y quiere nuestra ayuda. Basta con que le digamos: sí, y aceptemos vivir una vida siguiendo sus pasos lo más cercanos a Él que nos sea posible. No necesitamos ir a tierras lejanas ni hacer cosas extraordinarias. Teresita del Niño Jesús nunca salió de su convento ni tiene grandes ejecutorias en su vida; sólo los sencillos quehaceres del diario vivir, sus sufrimientos, grandes o pequeños, ofrecidos por las almas que no habían tenido la fortuna de conocer a Dios, y así logró tal reconocimiento que la Iglesia la tiene como Patrona Universal de las Misiones, al lado de nuestro San Francisco Javier. Digamos: sí, e intentémoslo. Él proveerá lo demás.
Propósito: Hoy me preguntaré: ¿ cómo anda mi responsabilidad misionera?
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
J,. RUIZ
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