Marcos 2, 13-17
La prontitud con que Leví (Mateo) responde al llamado de Jesús nos deja entrever que él estaba a la búsqueda. Era rico, tenía un buen empleo, pero talvez su vida no estaba plena; sentía un vacío interior que sus muchos bienes no alcanzaban a llenar. Y además era consciente de que, para su pueblo, él era poco menos que un pecador público, pues colaboraba con el pueblo que los tenía sojuzgados al trabajar para ellos como recaudador de los onerosos impuestos con que los mantenían oprimidos. Talvez por eso su corazón no se había apegado a las cosas materiales y estaba abierto en busca de aquello que pudiera calmar sus ansias de plenitud. Y talvez por eso Jesús, que todo lo conoce, lo llamó de forma tan tajante: "Sígueme". Y él, dispuesto, lo comprendió en seguida: había encontrado la paz interior, había encontrado la felicidad. Y, como buen negociante, la "compró" de inmediato, sabiendo que. cualquier cosa que diera a cambio, él saldría ganancioso. Hagamos como él: "negociemos" con Jesús las baratijas que tenemos. Estoy seguro de que lo "engañaremos" y obtendremos la mejor parte.
Propósito: Hoy revisaré mis apegos y los desecharé para dejar mi corazón limpio y dispuesto a "oir" el llamado.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Enero 17 de 2015
J. RUIZ
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