Una nueva doctrina expuesta con autoridad. "... Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios. Jesús, entonces, le conminó diciendo: Cállate y sal de él. Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: ¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen. Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea".
Marcos 1, 21-28
La autoridad de la Palabra se debe a que es, nada menos, que la voz de Dios y, además, es el mismo Jesús. Por eso es tan importante para el cristiano la lectura frecuente y cuidadosa de la Sagrada Escritura, especialmente del Santo Evangelio. En él está expresado todo el conocimiento que podemos tener de Dios y de su Proyecto salvífico para la humanidad; y con él, y apoyados en la Tradición, podremos marchar seguros por la senda trazada por quien es el Camino, la Verdad y la Vida, con la alegre esperanza de llegar un día a la Casa del Padre. Adquiramos la costumbre, y no la dejemos si ya la tenemos, de hacer un hueco entre nuestras actividades diarias, para leer nuestra Biblia, ojalá en un momento y lugar que nos permita hacerlo con la máxima atención y recogimiento. Veremos muy pronto cómo mejora nuestra salud espiritual.
Propósito: Hoy seré fiel a mi costumbre de leer la Santa Biblia.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Enero 13 de 2015
J. RUIZ
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