Lucas 19, 41-44
La imagen de Jesús llorando sobre Jerusalem es impresionante. Sentimos que ese llanto es por todos nosotros que, como los habitantes de aquella ciudad, no queremos entender, no queremos hacer caso de su mensaje de paz y no nos queremos convertir de corazón para llevar la vida de amor y servicio a los demás que es lo que constituye el Reino de Dios y su justicia. No dejemos pasar el tiempo o los tiempos de su visita que se nos pueden presentar de muchas maneras: en unos retiros espirituales, en unas lecturas edificantes, en una homilía. Reflexionemos un poco y no hagamos llorar a Jesús. Consolémoslo con nuestra buena actitud y dejémonos guiar por sus palabras de vida y de verdad.
Propósito: Hoy voy a tratar de alegrar el Corazón del Maestro con mi comportamiento con Él y con los demás.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Noviembre 20 de 2014
J. RUIZ
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