Lucas 17, 7-10
Muchas veces nuestro orgullo nos hace creer que, porque cumplimos con nuestros deberes, somos acreedores a una medalla o un reconocimiento especial, olvidándonos de que, como nos lo recuerda hoy el Maestro, no somos más que siervos inútiles que no hacemos más que lo que nos toca. Trabajar para la expansión del Reino de Dios es un privilegio que se constituye por sí mismo en una recompensa, por lo que debemos hacerlo con alegría y con humildad, teniendo siempre presente el ejemplo del que "no vino para ser servido, sino a servir".
Propósito: Hoy estaré dispuesto a servir a quien se me ofrezca.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Noviembre 11 de 2014
J. RUIZ
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