Lucas, 11, 14
Un testigo mudo, de nada o de poco sirve.- Por eso el mal, el demonio, trata de impedirnos hablar, proclamar el don maravilloso de la fe que, por gratuidad del Padre, hemos recibido. Y porque por la comunicación alcanzamos y mantenemos la unidad que nos hará fuertes en la lucha diaria contra él, ya que sabe que, si logra dividirnos, tendrá ganada la mitad de la batalla. Hoy, tristemente la Iglesia que, en cabeza del Papa Francisco, ha desatado una ofensiva frontal contra la "indiferencia global" desde las periferias sociales, clamando por una Iglesia pobre y para los pobres, va dejando ver algunas fisuras propiciadas por jerarquías anquilosadas en las prebendas de sus zonas de confort, y que son las mismas que, por cincuenta años, tuvieron engavetadas las conclusiones del Concilio en buena hora convocado por el Papa Bueno, Juan XXIII. Que el Espíritu Santo, con su luz y con su fuerza, ilumine al Santo Padre para que pueda seguir mostrando al mundo que "el que no está conmigo, está contra mí" y que un Reino unido jamás será vencido.
Propósito: Hoy procuraré no ser "testigo mudo", sino proclamador de la Buena Noticia del Reino que ya está entre nosotros.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Marzo 23 de 2017
J. RUIZ
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