martes, 28 de marzo de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían: Este expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios con el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama".
                                                                        Lucas, 11, 14
       Un testigo mudo, de nada o de poco sirve.- Por eso el mal, el demonio, trata de impedirnos hablar, proclamar el don maravilloso de la fe que, por gratuidad del Padre, hemos recibido. Y porque por la comunicación alcanzamos y mantenemos la unidad que nos hará fuertes en la lucha diaria contra él, ya que sabe que, si logra dividirnos, tendrá ganada la mitad de la batalla. Hoy, tristemente la Iglesia que, en cabeza del Papa Francisco, ha desatado una ofensiva frontal contra la "indiferencia global" desde las periferias sociales, clamando por una Iglesia pobre y para los pobres, va dejando ver algunas fisuras propiciadas por jerarquías anquilosadas en las prebendas de sus zonas de confort, y que son las mismas que, por cincuenta años, tuvieron engavetadas las conclusiones del Concilio en buena hora convocado por el Papa Bueno, Juan XXIII. Que el Espíritu Santo, con su luz y con su fuerza, ilumine al Santo Padre para que pueda seguir mostrando al mundo que "el que no está conmigo, está contra mí" y que un Reino unido jamás será vencido.
Propósito: Hoy procuraré no ser "testigo mudo", sino proclamador de la Buena Noticia del Reino que ya está entre nosotros.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                         Jueves. Marzo 23 de 2017
J. RUIZ

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