jueves, 16 de marzo de 2017

UN TIEMPITO PARA DIOS Y SU PALABRA

   "...En aquellos días dijo Jesús esta parábola: Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico... pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros. Replicó: Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento. Díjole Abraham: Tienen  a Moisés y a los profetas; que les oigan. El dijo: No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán. Le contestó: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite."
                                                         Lucas 16, 19-31
       "Tienen a Moisés y a los Profetas; que les oigan".- La sociedad actual nos ofrece una felicidad basada en el consumismo, el lujo, los placeres, el bienestar y el individualismo más egoísta, sin importar que así nos precipitemos en un caos de injusticia, violencia y sufrimiento de tantos y tantos "lázaros" que circulan por las periferias del mundo actual. Y nosotros, cuando menos, nos vamos instalando en la zona, también egoísta, del confort que nos depara esa cultura de la indiferencia, que llama el Papa Francisco, y que nos impide ver y escuchar y sentir los gritos y las tristezas de los desamparados, haciendo caso omiso de "Moisés y los Profetas" que, desde tantos escenarios actuales, especialmente en este tiempo de Cuaresma, nos llaman a la conversión del corazón. Que nuestra conversión, este año, sea dejar la indiferencia y   escucharlos.
Propósito: Hoy, y en este tiempo de Cuaresma, procuraré recordar esta parábola y ver si logro con ella vencer mi indiferencia ante el sufrimiento de los demás.
                    ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
                                                                         Jueves. Marzo 16 de 2017
J. RUIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario