"...En aquel tiempo, entró Jesús en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude. Le respondió el Señor: Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada".
Lucas 10, 38-42
La "mejor parte" de una relación es estar con la persona amada. Y no puede haber ninguna otra ocupación que pueda distraernos de ella, ni siquiera para procurar servirle mejor. Ocuparnos de lo esencial, pero no pre-ocuparnos por tantas arandelas que giran a nuestro alrededor, y que nos distraen de esos momentos de intimidad compartida en los que recargamos nuestros sentimientos, nuestros afectos y nuestra fe, mientras el amado nos va mostrando el camino, la verdad y la vida que nos espera, si escogemos "la mejor parte". Allí, en la tranquilidad del encuentro con Dios en la oración, es donde se va formando la disposición del corazón para el servicio a los demás.
Propósito: Hoy procuraré que mis momentos de oración sean más conscientes y alejados de pre-ocupaciones.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Octubre 4 de 2016
J. RUIZ
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