Lucas 10, 25-37
"¿Quién es mi prójimo?". Todo aquel que me necesite y a quien yo pueda ayudar. Jesús hablaba clarito, clarito. Y en esta ocasión pone el ejemplo de un hombre (no dice quién ni de dónde era: un hombre cualquiera) al que unos bandidos atacan, hieren, maltratan y roban, dejándolo medio muerto, tirado a la vera del camino. Hoy ese hombre también podría ser cualquiera para cada uno de nosotros: el mendigo que pide una limosna de puerta en puerta, el desplazado por los poderes del estado o de los violentos, el encarcelado por no estar de acuerdo con el poderoso, el excluído porque tiene un color de piel distinto, la viuda que no tiene quién responda por ella, el anciano abandonado por un hijo que no piensa que también él envejecerá. En fin, todo aquel que, por cualquier motivo, queda tirado a la orilla del camino y por el que nosotros podemos, seguramente, hacer cualquier cosa. Solo falta que lo veamos, para no "pasar de largo dando un rodeo". Y para eso hay que "ver" con el corazón. Y la respuesta a esta situación, como tan bien nos lo enseñó el samaritano, no puede ser otra que la misericordia. Vamos "y hagamos nosotros lo mismo".
Propósito: Hoy procuraré "ver" e identificar a tanto "prójimo" como hay en mi camino para tratar de aprender misericordia.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Lunes. Octubre 3 de 2016
J. RUIZ
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