Lucas 12, 49-53
Jesús vino a traer división.- Pero somos nosotros los que nos dividimos. Porque la paz que Jesús nos trae no es una paz pasiva, es una paz activa, que no es neutral, no es la paz de los sepulcros. Porque para alcanzarla hemos de renunciar al mal, al egoismo, a la mentira, a la injusticia. Y la renuncia implica sacrificio, divisiones y esfuerzo para dejar de lado los propios intereses y luchar para que la verdad, la misericordia y la justicia se impongan. Esa es la paz que necesitamos y por la que luchamos los cristianos. Y, como Jesús, debemos estar impacientes porque eso ocurra y porque el fuego del amor, que es el único que lo hará posible, comience a arder y a consumir nuestros corazones hambrientos de paz, de esa paz.
Propósito: Hoy mi oración será: ¡Señor, haz que mi corazón arda clamando por la paz!
FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Octubre 20 de 2016
J. RUIZ
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