Marcos 6, 30-34
El descanso, bien entendido, es parte de una vida sana y digna. Así lo entendía Jesús y por eso se preocupaba porque, en medio de su trajín, les quedará tiempo para ello, y los lleva "a un lugar solitario" y seguramente silencioso "para descansar un poco". "Venid a mí todos los que estáis fatigados y agobiados, que yo os aliviaré", nos dice en otra parte. Y ¿dónde podremos descansar mejor que en la compañía de Jesús que es "manso y humilde de corazón"? Él es el único que puede aliviar nuestras penas y preocupaciones que son las que nos estresan y fatigan y, a veces, nos hacen perder el rumbo. Saquemos siempre, en medio de nuestras ocupaciones ordinarias, el tiempo necesario para el reposo; y, durante él, acudamos a Jesús que, con su compasión y misericordia, nos aliviará y nos repondrá las fuerzas necesarias para continuar nuestro camino a la Casa del Padre, amando y sirviendo a los demás, como Él nos enseñó.
Propósito: Hoy, en algún momento, me tomaré un descanso para estar con Jesús en la oración.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Febrero 7 de 2015
J. RUIZ
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