Marcos 1, 21-28
Esa es la auténtica manera de predicar: haciendo, para mostrar cómo se hace. Y ésa es la que da la autoridad. Para tenerla se debe vivir lo que dicen las palabras que se proclaman. Por eso a las gentes de su tiempo causaban admiración las palabras de Jesús y le creían y "su fama se extendió por todas partes". Procuremos, pues, evitar que los enemigos de la Iglesia nos cuestionen porque predicamos una cosa y hacemos otra, talvez completamente contraria. Así se pierde credibilidad y autoridad. Tratar de imitar a Jesús: amor y servicio a los demás, es la "doctrina nueva" que Él vino a vivir y a implantar en el Reino de Dios, que lo es también de paz y de justicia.
Propósito: Hoy procuraré ser coherente en mis creencia y en mi vida personal.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Febrero 1 de 2015
J. RUIZ
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