Mateo 7, 7-12
El poder de la oración no tiene límites porque el poder de quien responde tampoco los tiene. Y, además, es nuestro Padre. Y un padre nunca niega nada a sus hijos, a no ser que lo que piden no sea conveniente para ellos, aunque en el momento no lo comprendan así. Es que el Padre es la Bondad misma y, por lo tanto, no puede dar nada distinto: todo lo que Él nos concede es bueno. Lógicamente lo que nosotros pidamos también debe serlo. Y cumplir, como mínimo, con la regla de oro: hacer a los demás lo que queramos que ellos hagan por nosotros.
Propósito: Hoy procuraré portarme con los que me rodean como quiero que ellos lo hagan conmigo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Febrero 26 de 2015
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario