Mateo 4, 18-22
El amor con Jesús debe ser lo que los enamorados llaman: amor a primera vista.- Así pasó con Simón y Andrés, con Santiago y Juan, los primeros discípulos llamados por Jesús allá por las riberas del mar de Galilea, según nos cuenta hoy Mateo en el capítulo cuarto de su Evangelio. Jesús pasó, vio a unos echando las redes y a otros remendándolas. Los miró, los amó y los llamó. Y, para fortuna de ellos, no empezaron a decir: "vuelve mañana", o "vamos a ver como se ponen las cosas", sino que, "dejándolo todo", le siguieron. "Hay que arriesgar", dice el canto El Profeta. Y fue lo que hicieron aquellos humildes pero honestos pescadores. Talvez se dijeron: "No tenemos mucho que perder y de pronto sí mucho que ganar". Y se apuntaron, como diría el paisa: "pa'las que sea". Es que uno verse "mirado y amado", seguramente conquista. ¿Y además, llamado? Bueno, trama total. Y su corazón, noble y generoso y sin dobleces, hizo que inmediatamente, "dejándolo todo le siguieran". Hoy Jesús sigue mirándonos, amándonos y llamándonos. ¿Seremos capaces de responder como aquellos galileos?
Propósito: Hoy estaré atento a la mirada y al llamado de Jesús para pedirle que me ayude a dejarlo todo y a dar "el primer paso".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves.Noviembre 30 de 2017
J. RUIZ
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