Mateo 22, 15-21
"Debemos dar a Dios, lo que es de Dios."- Lo demás podemos dárselo a quien lo quiera reclamar: al "César", que puede ser el gobierno, los amigos poderosos, los vecinos interesados, los jefes abusadores. Pero sólo "lo que es del César". No lo que sólo pertenece a Dios. La vida, la conciencia y la libertad no pueden ser del César. Son de Dios, Dueño absoluto de ellas, por las que tendremos que darle cuenta un día, como responsables de los talentos dejados a nuestro cuidado. Y no vale la pena sacrificar ninguna, en aras del "qué dirán", ni por ganarse el aprecio de los poderosos, talvez a costa de patrocinar o aprobar injusticias contra mis prójimos. Pero ello no quiere decir que la Iglesia tenga que mantenerse escondida, en incómodo silencio, manteniéndose ciega, sorda y muda ante las injusticias y demás problemas contra el pueblo de Dios, porque todos somos sus hijos. Como dijo su Santidad, el Papa Emérito Benedicto XVI: "La tolerancia que sólo admite a Dios como opinión privada, pero que le niega el dominio público(...)no es tolerancia, sino hipocresía".
Propósito: Hoy examinaré si he callado o mirado para otro lado ante alguna injusticia por temor al qué dirán o la justicia humana o por buscar la aprobación de alguien.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Octubre 22 de 2017
J. RUIZ
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