Marcos 3, 7-12
"Tú eres el Hijo de Dios", gritaban los espíritus inmundos.- Ellos, los demonios, lo reconocían y creían que Él era realmente el Hijo de Dios. ¿Será que nosotros sí lo reconocemos como tal? Según la indiferencia con que transcurre muchas veces nuestra vida, parece que no fuera así. Somos indiferentes ante las maravillas que a diario ocurren ante nuestros ojos, somos indiferentes ante las injusticias de que somos testigos continuamente y ante las exclusiones de tantos por parte de una sociedad indiferente al dolor de los demás, importándole sólo su propio beneficio y su propio bienestar, aunque para lograrlo tenga que pasar por encima del que sea. Toquémonos un poco, pensemos en que si creemos en Jesús no podemos ser indiferentes a sus enseñanzas: vivir haciendo el bien y sanando a todos los que a Él acudían, sino que tenemos que tratar de ser testigos y proclamadores de es Buena Nueva.
Propósito: Hoy procuraré ser consciente de lo que pasa a mi alrededor.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Enero 19 de 2017
J. RUIZ
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