Marcos 1, 29-39 La rutina en la vida de Jesús: Dios y el hombre.- En comunicación constante con el Padre, seguramente para invocar su ayuda para poder cumplir su misión de proclamar la Buena Nueva y salvar a todos para la vida eterna, a la vez que sanaba todos los males físicos de los enfermos que de todas partes le traían. Y esa debe ser la rutina de un cristiano: oración, como combustible para mantener a punto y en marcha nuestra disposición para servir a todo aquel hermano que lo necesite, de manera incondicional, como lo haría el Maestro, quien, para todo, debe ser nuestro modelo. Pensando en Jesucristo como eje central de nuestra vida, para poder irradiarlo, de alguna manera, hacia los demás, pues Él vino para todos.
Propósito: Hoy, y en adelante, procuraré que no me falten los momentos de oración, como refuerzo para poder estar dispuesto a servir.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Enero 11 de 2017
J. RUIZ
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