Juan 20, 19-23
La Sagrada Escritura nos presenta al Espíritu Santo bajo la forma de muchas imágenes. Pero la del fuego y la del viento son especiales. El fuego puede ser bajo, suave, como para producir el calorcito que nos mantiene con vida; o puede ser fuerte y quemar y purificar y arrasar con todo lo malo que haya en nuestra espiritualidad. Y el viento puede ser una brisa suave que nos refresque, nos aclare las ideas; o puede ser una tempestad, también arrasadora, como el fuego, que arrastre lejos de nosotros nuestras impurezas, nos limpie el camino y nos impulse a ir por él proclamando la Buena Noticia a todo el mundo, porque, a lo contrario de lo que sucedió en Babel donde ninguno se entendía, aquí esa Buena Noticia podrá ser comprendida por todos, en todas .
Propósito: Hoy mi súplica será: Ven, Espíritu Santo, purifícame y limpia mi camino.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Mayo 15 de 2016
J. RUIZ
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