Mateo 21, 28-32
No son las lindas palabras de la Biblia, ni las buenas y respetuosas maneras ante Dios y ante los demás, las que van a construir el Reino anunciado e inaugurado por Jesús. Es la acogida, la aceptación y el cumplimiento decidido de las mismas, haciéndolas parte integrante de nuestra propia vida y como adaptación sin condiciones de nuestra voluntad y de nuestros planes a la voluntad y a los planes del Padre Bueno que todo lo provee. Vivamos su Palabra haciendo de Cristo - el Verbo eterno, la Palabra eterna - el centro de toda nuestra vida, el eje de todas nuestras actividades en el amor a Dios y el servicio a los demás.
Propósito: Hoy repetiré cada que me acuerde: "No se haga mi voluntad sino la tuya".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Martes. Diciembre 16 de 2014
J. RUIZ
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