Marcos 7, 31-37
La inmovilidad anquilosada de nuestro espíritu que no quiere ver ni oir, necesita el "¡Ábrete!" de la misericordia divina.- Esperemos que haya alguien o algo que nos presente a Jesús para que la actividad poderosa de su Palabra rompa nuestra inmovilidad y podamos, entonces, agradecidos y felices, proclamar por todas partes el poder y la compasión de Aquel que "todo lo hace bien". Y que tratemos, sin egoismos, de tratar de imitarle a Él poniendo nuestra compasión a disposición de todos los que, como nosotros, aun necesitan que su lengua se desate y sus oídos se abran y todos podamos así conocer y proclamar el Reino de Dios que su Palabra ha venido a traer hasta nosotros.
Propósito: Hoy procuraré oir y repetir, con acciones y palabras, lo que Jesús me dice al leer su Palabra.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Septiembre 9 de 2018
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario