Lucas 7,31-35
No hay que ser monedita de oro, para gustarle a todos.- Pero eso no quiere decir que tengamos que ser tan radicales que terminemos molestando a todos con nuestras actuaciones exageradas. Simplemente ser humildes para aceptar a todos, ya que, aunque cada uno somos únicos, tenemos todos la misma dignidad como persona, y que mi libertad para exigir mis derechos llega hasta donde comienza la libertad de los demás para exigir los suyos. Además, de la humildad nace el amor porque, como ella, este no excluye a nadie, es completamente libre y reconoce la libertad de los demás. Talvez en lo único que el amor es radical es en la fidelidad: "El que no está conmigo, está contra mí". Pero en todo lo demás, en el cariño, en la ternura, en la justicia, en la generosidad, en la paciencia, en la amabilidad, está con todos y para todos. Como dice Pablo, si tengo fe, si soy bueno, pero no tengo amor, no soy más que un metal que hace ruido y aturde.
Propósito: Hoy examinaré si mi forma de actuar se ajusta a los parámetros del amor, o no soy más que ruido.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Septiembre 19 de 2018
J. RUIZ
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