Lucas 2, 33-35
Redentor y Corredentora inocentes santificaron la dignidad del dolor.- Esa maldición de nuestra vida, el dolor, llegó a ser santa por la forma como los dos seres más puros e inocentes de este mundo supieron soportarlo. Sin quejas ni reclamos inútiles de alegatos de inocencia, en silencio y con la fe y la esperanza sólo puestas en el Padre Misericordioso que todo lo ve, y que, por lo mismo, es el único que puede juzgar, todo lo soportaron sin quebrarse en quejas y desmayos. Y así se constituyeron en el modelo a seguir para nosotros, los cristianos. Es verdad que el estándar lo pusieron muy alto, pero, con su ayuda, lograremos mantenernos en la lucha.
Propósito: Hoy procuraré no ser tan quejetas y pediré a Jesús y a María su ayuda para soportar las pruebas que el Padre tenga dispuestas para mí.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Sábado. Septiembre 15 de 2018
J. RUIZ
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