Lucas 7, 1-10
El amor y la entrega de Jesús son más grandes que cualquier indignidad nuestra y no se van dejar contaminar por ella.- Pero necesitamos la fe y la humildad que nos haga reconocer esa indignidad y la certeza que tenemos de que, si Él quiere, puede "sanarnos". Si nos dirigimos a Jesús con humildad y creyendo en Él, será la mejor manera de vencer cualquier "resistencia" que Él pudiera tener contra nosotros, si es que la tuviere. Por eso el centurión se convirtió, para nosotros, los cristianos, en símbolo de persona humilde y creyente, y modelo a imitar por todos. Él no hizo uso del poder que, como funcionario de alto rango en el imperio dominante, pudiera tener sobre la población civil del pueblo sojuzgado, sino que se reconoce indigno de estar en su presencia, como le dice en el mensaje que le envía, pero creyente de su poder sanador. Y con ello desarma a Jesús de cualquier prevención que pudiera tener, y lo deja maravillado. Imitemos al centurión: Desarmemos a Jesús.
.Propósito: Hoy pongámonos un poco "descarados" con Jesús: pidámosle que nos ayude a "desarmarlo"
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Lunes. Septiembre 17 de 2018
J. RUIZ
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