"...En aquel tiempo Jesús alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas. Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto. ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas".Lucas 6, 20-26
Lucas presenta las Bienaventuranzas en un trío conceptual: oferta de felicidad, sujeto de esa felicidad y motivo de esa felicidad.- Todos buscamos la felicidad, aunque talvez para todos sea algo distinto. La ofrece a los pobres, a los hambrientos, a los que lloran, a los odiados y excluídos. Y la razón o motivo de esa felicidad, que es la recompensa con el Nuevo Reino que, según Él, nos pertenece. El asunto es comprender que ese estar con Cristo es, verdaderamente, la más grande felicidad. Pensémoslo y veremos que es así: si Él es el más grande, si es el más sabio, si Él es el MÁS, ¿qué otra cosa podemos desear? Tiene mucha razón Pablo cuando dice que todas las cosas que el mundo puede ofrecernos a cambio, las tiene por basura.
Propósito: Hoy pediré al Señor el don del discernimiento para poder comprender dónde está la verdadera felicidad: servirle a Él y a los demás, sólo por amor.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Septiembre 12 de 2018
J. RUIZ
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