Juan 1, 29-34
Este Evangelio de hoy debe reforzar nuestra fe y nuestra confianza en el Cordero de Dios enviado a cargar con nuestras faltas.- En nuestro bautismo fuimos inscritos como testigos, como se declara hoy Juan, y como tales debemos proclamar y dar testimonio, con la misma certeza y firmeza con que él lo hizo, de que Jesús es el Enviado de Dios, que quita el pecado del mundo y que existía "antes que yo". En estos días de comienzo de año y de tanta incertidumbre en el horizonte de nuestras vidas, debemos abrir nuestro corazón para recibir y permitir que more en nosotros Aquel que es la "Luz del mundo" y que vino para alumbrar a "aquellos pueblos que estaban en tinieblas". Que no se diga más que "vino a los suyos y los suyos no le recibieron". Recibámosle y dejémonos mirar y guiar por Él y todas nuestras dudas y temores serán aclarados.
Propósito: Hoy seguiré repitiendo: "Quiero ser tu testigo, Señor!"
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Enero 3 de 2018
J. RUIZ
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